martes, 3 de enero de 2012

Experiencia de Francia en la formación de personas con base en competencias de personas.


En México es muy común ver a personas que se desempeñan en actividades totalmente diferentes en relación a aquello que estudiaron o su preparación para el trabajo. Si bien el gobierno de México ha impulsado la colaboración más estrecha entre el sistema educativo y el laboral, (con la destacada participación de la Secretaría de Educación Pública y el Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales -CONOCER-), aún falta por hacer para disminuir el índice de personas que no logran colocarse en puestos de acuerdo con su perfil profesional.

Universidades y colegios técnicos (públicos y privados), que al estar más de cerca con lo que demanda el mercado laboral y desarrollar planes de estudio acordes con dicha demanda, en conjunto con las empresas que se involucran más en la formación de los estudiantes durante su etapa de estudios, generan beneficios como: reclutar a los mejores candidatos (que sí cuenten con los conocimientos, destrezas, habilidades, valores y comportamientos necesarios), disminuir los tiempos de búsqueda y contratación de personal, así como el tiempo y los recursos invertidos en la capacitación inicial.

En modelos como el francés, las empresas y las escuelas trabajan de la mano para lograr la rápida colocación de los estudiantes en empleos acordes con su experiencia y conocimientos.

En este sistema interactúan cuatro actores para dar respuestas a las demandas del mercado laboral:
1.     Estudiantes: Realizan visitas guiadas a las compañías, estadías y proyectos técnicos, a fin de poner en práctica sus conocimientos, empaparse del funcionamiento de las diversas áreas en las empresa y aportar soluciones a los problemas que se presentan.
2.     Docentes: Trabajan en las empresas y dedican parte de su tiempo a impartir clases. Dan seguimiento al aprendizaje de los estudiantes al interior de las compañías, convirtiéndose en tutores. A la par, actualizan sus conocimientos y  realizan programas de capacitación para empleados.
3.     Autoridades educativas: Elaboran los planes y programas de estudio, alineados a la demanda de los sectores productivos e inspeccionan a las instituciones educativas para confirmar que los apliquen; realizan el control de los procesos de aprendizaje, firman convenios de colaboración con las empresas y capacitan a los docentes.
4.     Empresas: El gobierno francés cobra un impuesto a las empresas, el cual se destina a la educación. Cada firma debe escoger una institución educativa a la cual dedicará esos recursos y en general, todo su apoyo. Esto permite crear lazos sólidos, ya que la institución educativa desarrolla los programas de estudio según las necesidades de la empresa. Las empresas ofrecen capacitación a profesores y estudiantes, tutorías, conferencias y forman parte de los jurados de titulación. “No hay ningún estudiante en Francia en formación profesional y tecnológica que no haya sido visto por la empresa al final de su formación o que no haya sido mínimo evaluado por una empresa al final de su formación. Eso nos da vínculos entre las empresas y las autoridades educativas", afirman expertos.

    Las empresas colaboran con las autoridades educativas en el desarrollo de: guías de competencias, reglamentos, exámenes escolares, planes de formación de docentes, entre otros.

Sistema educativo francés:
·    Los liceos ofrecen una formación de dos a tres años de secundaria, que no derivan necesariamente de una formación universitaria, existen los liceos tecnológicos y el bachillerato general. Además existe la formación universitaria o educación superior de mayor duración.
·    Las competencias se validan de una manera similar a lo que se maneja en México por medio de un título. Cabe señalar que los títulos tienen reconocimiento profesional y académico, lo que tiene muchas ventajas: reconocimiento, sentimiento de orgullo y de pertenencia a una empresa, aumento del autoestima, entre otros.
·    Las instituciones educativas se encargan de validar las competencias, en conjunto con un jurado presidido por empresarios. Las empresas también participan en la renovación de los referenciales de competencias.

En relación a aquellas personas que trabajan por su cuenta, existen grupos por sector  productivo que elaboran las referencias de competencias básicas en formación profesional y tecnológica. No obstante, esto no aplica en todos los casos, pues hay niveles de formación profesional que tienen otros criterios de validación, como la profesión médica.

Fuente: Participación de Samuel Bourdeau, Agregado de Cooperación Universitaria de la Embajada de Francia en México en el evento: "Fortalecimiento de la competitividad con base en el capital humano”, el cual llevó a cabo el CONOCER el 2 de septiembre de 2011 en el estado de Nuevo León con empresarios, trabajadores y educadores para promover el Sistema Nacional de Competencias (SNC).

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